miércoles, 11 de noviembre de 2009

Vocaciones Al Carmelo!!!


HISTORIA...


Beata María Teresa de San José en el mundo Anna MariaTauscher Van den Bosh nace un 19 de junio de 1855 en Sandów en la Provincia de Brandeburg hoy Polonia. Fue la primogénita de 8 hijas del pastor luterano Hermann Tauscher y de su esposa Paulina van den Bosch, devota y entregada a las obras de caridad.


A la edad de 30 años, Ana María quiere ofrecer a Dios un gran sacrificio para probarle su amor. Y es así como acepta el empleo de administradora voluntaria del manicomio de Colonia llamado "Lindenburg".Es en este lugar donde llega a conocer la doctrina de la Iglesia católica con sus tesoros y bellezas. Hallando en ella precisamente lo que había considerado hasta en­tonces como su religión. Se convirtió al catolicismo el 30 de octubre de 1888 en la Iglesia de los Santos Apóstoles de Colonia, la Madre tenía entonces 33 años de edad.


Después de su conversión perdió su empleo de directo­ra del manicomio porque como católica no parecía más digna de confi­anza para el director protestante, y además el regreso a la casa paterna lute­rana le estaba prohibido.A los 35 años, fue como compañera de viaje de una señora distinguida en el convento bávaro de Zangberg; Ahí tiene la oportunidad de leer la vida de santa Teresa, se conmovió tanto que exclamó: “¡Había encontrado mi ideal! ¡Mi corazón sensible y apasionado estaba encantado, arrebatado con ferviente amor a Santa Teresa! El Carmelo y solamente el Carmelo, allí debía ir, esa era la única meta de sus deseos. Su ardiente anhelo era el de servir a Dios sufriendo y amando, y en una Orden Religiosa se cumpliría!.


La Madre no se fijaba en dificultades, trabajos, persecuciones y viajes lejanos cuando se trataba del honor de Dios, la gloria de la Iglesia y la salvación de las almas.Y así nace la Congregación Religiosa de Hermanas Carmelitas del Divino Corazón de Jesús que tuvieron sus co­mienzos modestos en 1891 con un hogar para niños en Berlín, Madre María Teresa que­ría, con su obra, dar una respuesta a las grandes necesidades del tiempo, en el siglo XIX.


NUESTRO APOSTOLADO


Del fruto de nuestra oración sacamos las fuerzas necesarias para nuestras obras apostólicas, la decisión de nuestra querida Madre Fundadora, a favor del apostolado, fue aprobada por la Iglesia, y la bendición de Dios, que hasta hoy ha acompañado todas nuestras obras apostólicas, confirman esta aprobación. De tal manera que el apostolado que hemos asumido, ha venido a ser parte integral de nuestra vida religiosa. Realizamos estos trabajos como un servicio sagrado a nuestro prójimo y como una tarea asignada por la Iglesia.
La oración es nuestro principal deber, es por eso que nuestro día empieza con la oración, ya que esta es la que le da vida a todas nuestras obras apostólicas, por nuestra oración nosotras podemos traer la presencia de Dios a los niños y a todas las personas a quienes servimos en nuestro apostolado, es nuestro más preciado anhelo continuar con el deseo de nuestra querida Madre Fundadora Beata María Teresa de San José: “Ver a Dios en todo, amar a Dios en todo, Servir a Dios en todo”.


Dios en su insondable misterio preparó el corazón de nuestra Madre Fundadora, desde su infancia, llenándola de un gran celo por la salvación de las almas. Ella quería que nuestros corazones estuvieran unidos al de nuestro Señor por la oración, de esta manera daría no solo un Hogar material para los desamparados sino y sobre todo un Hogar espiritual, es decir el corazón de cada hermana. Ella no quería instituciones sino verdaderos hogares. Después descubrió que dentro de los desamparados no entraban solo los niños, sino también los ancianos, los jóvenes en peligro de perderse, los emigrantes, las familias, los enfermos. Un corazón tan lleno de Dios y sensibilizado por el amor como el de ella no se cansaba, ni podía contentarse con un pequeño campo de acción.

FUENTE:http://wwwcarmelitasdeldivinocorazon.blogspot.com

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